sábado, 13 de enero de 2007

Cantico de la sirena

El dia era tremendamente caluroso, no se mobia ni una sola hoja de los arboles, daba la impresion de que el aire tambien estaba de vacaciones.
Ese quince de agosto la caravana de coches de la autopista no se movia ni un centimetro. Diez quilometros mas adelante un camion volcado impedia el avance de la circulacion. Todo el mundo estaba refugiado en el interior de sus vehiculos para soportar el calor infernal. Las ventanillas permanecian cerradas dando hermetismo y una temperatura agradable a sus ocupantes.
Miguel estaba al volante de su coche escuchando musica y golpeando con los dedos sus piernas al ritmo de la musica. De repente escucho su nombre como traido por el viento, pero las ventanillas estaban cerradas, asustado, paro la musica y escucho. Segundos despues la voz en el viento volvio a sonar en sus oidos asustandolo aun mas. detuvo el motor de su coche y salio fuera. El asfalto ardia y el aire era dificil de respirar por el humo de los tubos de escape y el calor que subia reflejado del suelo. La llamada sono de nuevo pero esta vez desde un punto concreto. El chico miro en esa direccion y le parecio notar que el aire con su nombre venia del margen de la carretera. cerro su coche con llave y se encamino en esa direccion sin hacer caso de los pitidos de los demas conductores.
Se interno entre los arboles siguiendo un sendero apenas perceptible que se introducia en el interior del bosque. El ruido de los vehiculos le llegaba cada vez de mas lejos hasta que dejo de oirse. El camino se detuvo de repente frente a el una cortina de enredaderas ocultaba la vision. Tembloroso aparto las plantas y se interno en un claro la hierba del suelo estaba fresca y el calor alli parecia no haber entrado, se acerco hasta una figura de marmol blanco en forma de sirena. extrañado se pregunto quien habria puesto una estatua semejante en medio de la montaña, la miro desde todos los angulos sorprendido. Junto a la estatua manaba un pequeño riachuelo que bajaba entre unas piedras en forma de pequeña casacada desembocando en un agujero que se perdia en las profundidades de de la tierra. Sintio sed y bebio de aquella aguasin pararse a pensar en si era buena o no. El liquido hizo que se sintiera mejor por lo que se sento en el suelo con las piernas cruzadas para comtemplar la belleza de la sirena. poco despues fue entrando mas gente extrañada en el claro donde se hallaba Miguel. Hombres mujeres y niños. Cuando se internaban en el claro guardaban silencio se acercaban a tocar a la sirena maravillados por su belleza y bebian del agua, sentandose despues para disfrutar de la agradable sensacion.
Tras un tiempo que nadie supo ni medir ni contar tal y como habian entrado se fueron marchando hasta que solo quedo Miguel, se levanto del suelo y tras arrodillarse frente a la sirena le juro que volveria a verla besando una de sus manos, se puso de pie y se marcho. La sirena sonrio durante unos segundos y despues volvio a su pose original.
Cuando Miguel volvio a su coche la carretera se despejaba poniendose en marcha todo el mundo. Despues de varios minutos nadie recordaba haberse detenido en el claro, solo tenian una agradable sensacion de paz en su interior, ni siquiera Miguel la recordo nunca mas.

De vez en cuando en los meses calurosos de verano la sirena vuelve a cantar para llevar paz a la gente ofreciendoles su agua en silencio. Pero nunca nadie recuerda despues haberla visto. Excepto yo, pero eso es otra historia que debe ser contada en otro momento

2 comentarios:

Nur dijo...

precioso post me encantó! me trajo mucha paz :) y se me hacía cada vez más interesante la lectura , besitos!!

harald svarti dijo...

gracias xiketa eso es solo el principio de grandes cosas gracias por el apollo besos ;)