martes, 6 de marzo de 2007

Cronicas de ishna: El interior del sanatorio

El chico abrio la puerta, esta se abrio en silencio, para su sorpresa. Algo en su cabeza le decia que saliera corriendo sin mirar atrás, deshecho tan funestas ideas y penetro en el pasillo que conducia al interior de la estructura principal. El gato finalmente lo acompaño y caminaba a su lado. El corredor estaba iluminado por una tenue luz. Caminaron en silencio al principio rapido pero despues mas lentamente, el aire era tremendamente opresivo y se respiraba la maldad en estado puro de el ambiente. Tenia la piedra aferrada fuertemente a la mano, sus dedos estaban blancos por la presion que ejercia.
La puerta se cerro detras de ellos con un tremendo golpe. Los residentes sabian que tenian visita pero no tenian prisa por dejarse ver.
Despues de ese pasillo entraron en otro mas oscuro, las salas que aparecian a los lados estaban vacias y silenciosas. Una capa de musgo verde cubria las paredes y el techo por igual el olor que emanaba era nauseabundo. Al principio no le molestaba pero a medida que avanzaban se fue introdcuiendo en su nariz para despues de alojarse en su garganta, con cada respiracion notaba como sus pulmones se negaban a procesar dichas emanaciones tan fetidas.
Continuaron avanzando, unas escaleras salieron a su paso, a su lado un ascensor cerrado, estaba abierto pero ninguna luz salia de su interior, la mugue y la suciedad lo cubrian por completo. Lentamente bajaron las escaleras sin tocar ninguna de sus paredes, cuando llegaron a abajo la sensacion de que habia algo tremendamente oscuro se hizo mallor. Se encontraban en otro pasillo con puertas de baiben a los lados. Encima de cada una de las entradas se encontraba un cartel, esa zona correspondia a los quirofanos y salas de mejora de la conducta, su curiosidad pudo mas que su miedo y abrio una de las puertas de las salas de operaciones. Una mesa de lo que habia podido ser aluminio ocupaba el centro de la sala, varios carritos de utensilios medicos se hallaban junto a ella todos ellos manchados por el oxido y por una extraña subsatancia que vista de cerca resulto ser sangre reseca.
Asustado salio de la sala, un golpe como si algo hubiese caido al suelo se escucho a traves del pasillo, venia de otra de las salas, los dos se encaminaron hacia ella temerosos de lo ue pudieran encontrar. Encima de la puerte el cartel estaba escrito con letras rojas, sala de vuelta. Entraron en silencio empujando la puerta, parecia una camara de tortura inspirada en la inquisicion, en una de las paredes habia una silla con una extraña caja encima del respaldo puesta alli para poder ponerla en la cabeza, habia orificos a los lados y unas temibles agujas puestas en una bandeja, listas para ser introducidas.

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