
Finalmente el felino se detuvo tan bruscamente que su compañero humano estuvo a punto de pisarlo, se quedo parado, inmovil, tanto que parecia haberse convertido en una estatua.
Anael se dejo caer al suelo, sentandose alli mismo mientras se masajeaba sus doloridas piernas. La sed le abrumaba y cayo en la cuenta de la calabaza que le habia dado el extraño personaje, La destapo y olio su interior, un aroma dulce llego hasta sus fosas nasales, era un olor casi embriagador y etereo a la vez, encogiendose de hombros se lo llevo a los labios y bebio un pequeño sorbo, lo retuvo en la boca y finalmente lo ingirio. Una explosion de sabor aparecio en su boca, en su vida habia probado nectar mas dulce que aquel. Miro la calabaza y bebio otro trago esta vez mas grande dejando que el liquido rebalara por su garganta. Despues de diversos tragos cerro la calabaza y se tumbo. El sueño se apodero de el inmediatamente.
Desperto sobresaltadamente miro a su alrededor y el cuervo lo miraba con una expresion de paciencia o eso supuso el chico, el felino no se habia movido ni un centimetro de donde habia detenido. Anael mas tranquilo se levanto y para su sorpresa comprobo que ya no sentia dolor alguno, se sentia en plena forma y con fuerzas para hacer cualquier cosa que se le ocurriera.
-¿Que hay mas alla?-Dijo en voz alta
-El lugar hasta el que teniamos que llegar esta frente a nosotros a escasos metros termina la niebla y nuestra proteccion.
Los pensamientos del gato llegaron hasta el con una fluidez extrema casi podia notar la caricia de estos en su mente, la bebida habia hecho algo mas que restaurar sus fuerzas, Anael avanzo en silencio y una construccion antigua y extraña se levantaba frente a ellos, la niebla habia quedado atrás como una gran cortina.
-Si ese es mi destino... me enfrentare a el.
Y diciendo esto se encamino hacia la ciudadela