sábado, 3 de febrero de 2007

Cronicas de ishna: El descubrimiento


Anael caminaba por el sendero en direccion a la casa. La noche se habia cerrado al completo, el gato caminaba a su derecha sin mostrar ni siquiera cansancio y el cuervo los esperaba posado sobre una rama cercana a la casa, esta, era muy antigua la edad parecia incalculable ya que multitud de enredaderas poblaban sus paredes. Una chimenea sobresalia de una de las esquinas y de ella salia humo.

-Por lo menos encontraremos a alguien-Dijo el muchacho hablando en voz alta.

El gato lo miro pero siguio avanzando.

La puerta de la casa estaba abierta de par en par por lo que los tres entraron. La puerta conducia a un gran salon, pero este se encontraba completamente vacio. Sin muebles, ni cortinas, ni cuadros. Estaba completamente despojado de toda presencia humana habida y por haber. Al fondo de la sala habia otra puerta, esta estaba abierta por una rendija y una gran cantidad de luzambarina salia d ella. El chico se adelanto hacia la puerta pero antes de tocarla se dio cuenta de que estaba solo, los dos animales no lo seguian, se habian situado el uno al lado del otro junto a la puerta del exterior. Anael los miro sorprendido pero las palabras del cuervo hicieron su aparicion nuevamente en su cabeza.

-Solo tu puedes atravesar la puerta, tenemos vedado el acceso te esperaremos aquí. Ten cuidado ahora estaras solo.

Las ultimas palabras del pajaro provocaron un escalofrio de miedo en el chico, por lo que miro la puerta y acerco la mano lentamente como si fuera a quemarse con su contacto, pero la reaccion fue la contaria. La madera estaba terriblemente fria, tanto que su mano quedo entumecida en el acto. Asustado la retiro y se la coloco bajo el brazo para calentarla. Giro la cabeza para contemplar a los animales pero estos permanecian impasiles. Volvio a mirar hacia la puerta y esta vez la empujo con el pie con tanta fuerza que se estrello contra la pared al abrirse. La luz dio un fogonazo y se extinguio dejandolo todo en penumbra, cuando la vista del chico se aclaro entro en la sala y vio un fuego arder en una chimenea, junto a esta una silla de madera y una figura humana contemplando las llamas, al notar la presencia del chico se giro lentamente. Iva vestido con una capa larga tan negra como el ala de un cuervo, una capucha tapaba su rostro, el desconocido la hecho ligeramente hacia atrás y su rostro se mostro iluminado por el fuego. Sus ojos lo miraban con tranquilidad, en ellos se reflejaba una sabiduria que solo otorgan innumerables años, mirarse en ellos era como comtemplar un pozo sin fondo donde miles de imagenes se suceden sin parar. Entonces hablo

-Seas bienbenido Anael, te estaba esperando. Soy Harald, Harald svarti

2 comentarios:

Frank Muñoz dijo...

Esto tiene muy buena pinta!! desde luego tienes tanto enganche como el loctite haahhaha, muy bueno harald!!

Un saludo pillul!!

Txanly dijo...

mmmm..... esto de lso fasciculos es mala leche..... ta genial